A una cuadra de nuestra casa comienza el corredor religioso. Apostadas a lo largo de un par de calles hay dos iglesias protestantes, una iglesia católica, una iglesia cristiana y lo que creo es un centro comunal musulmán.
Un domingo por la noche caminábamos enfrente de la iglesia cristiana y escuchamos un coro gospel. Aquello se escuchaba mejor, mucho mejor que los coros de Juan Gabriel. Apenas nos detuvimos un momentito y enseguida yo apresuré el paso porque no quería interrumpir o molestar con mi mirada a los feligreces que cantaban a todo pulmón, con mucho fervor. Vivis en cambio se paró, acercó la cara a la ventana y me preguntó ¿y si entramos’. Yo dije que no, que era una misa y que no me latía irrumpir, sobre todo teniendo en mente que no somos cristianos. Él, con carita inocente, pero insistente, me respondió ‘pero hombre ¡anímate! que es como un concierto’. Solté la carcajada pero igual dije que no, sacona que soy.
3 comentarios:
tia que interesante corredor...!no te preocupes ya somos dos saconas en este mundo caray!...
No miedos !!! y menos a interrumpir una misa.. la música atrae la atención.. pero siempre que encuentras música que atrae tu atención, es seguro que encontraste un lugar donde la música reanimará tu corazón... Yo metí a mi mamá a una misa cristiana por que había muy buena música!! ella se enojó y salió como si hubiera entrado al infierno!! hahaha!!.. hermana postiza: que no te vuelva a pasar! hazle caso a Vivis.. beso
jhjajhajaja el vivis como siempre todo lleno de espontaniedad!!! jahjahjahjaa
Publicar un comentario